El aumento de poblaciones de caza mayor, un desafío en la gestión de enfermedades, accidentes de tráfico y daños agrícolas
- Especies como el jabalí presentan un aumento significativo de sus poblaciones, dificultando el control de enfermedades como la peste porcina africana, recientemente registrada en España por primera vez desde 1994
- El número de accidentes provocados fauna silvestre prácticamente se ha duplicado entre 2016 y 2022, alcanzando 30.788 siniestros
- Los daños agrícolas anuales provocados por ungulados silvestres se estiman en 1.799.327 euros, afectando a 26.617 hectáreas
Las poblaciones de especies de caza mayor han experimentado en España en las últimas décadas un crecimiento significativo de sus poblaciones y expansión hacia nuevas áreas, lo que genera grandes desafíos en su gestión, especialmente en el control de enfermedades, accidentes de tráfico y daños agrícolas.
El presidente de Fundación Artemisan, José Luis López-Schümmer, ha presentado este martes, durante la celebración del LXXV Aniversario de la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza, en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; el informe ‘Evolución histórica de las especies de caza mayor en España, distribución, capturas y siniestralidad’.
El documento recoge las tendencias de especies como el jabalí, ciervo, corzo, gamo, cabra montés y rebeco; cuyas poblaciones, en la mayoría de casos, han aumentado considerablemente desde finales del siglo XX, principalmente debido a cambios de usos del suelo, disminución de la depredación natural, gestión cinegética y la gran capacidad de adaptación de algunos ungulados; así como la problemática que supone este crecimiento para la conservación y la compatibilidad con otras especies y con actividades humanas.
Reto de gestión para evitar enfermedades como la peste porcina africana, accidentes de tráfico y daños agrícolas
El presidente de Fundación Artemisan ha hecho especial hincapié en el reto de gestión que supone la sobreabundancia de especies en el control de la transmisión de enfermedades, en un contexto en el que se ha detectado por primera vez en décadas en España la peste porcina africana, una enfermedad que afecta al jabalí y al cerdo doméstico y que ha encendido todas las alarmas por el impacto que puede generar, no solo en el sector cinegético, sino especialmente en el sector porcino, estratégico dentro del agro español.
También ha hecho referencia al aumento de accidentes de tráfico con animales silvestres registrado entre los años 2016 y 2022, que prácticamente se ha duplicado, pasando de 17.349 a 30.788 siniestros, siendo las especies silvestres causantes del 78,35 % del total de accidentes registrados con animales.
En cuanto a los daños agrícolas, el informe estima un impacto económico de 1.799.327 euros en el año 2024, en una superficie total de 26.617 hectáreas, principalmente causados por corzo, jabalí y ciervo. Daños que se producen especialmente en zonas donde las poblaciones de estas especies han aumentado y se solapan con áreas de cultivo, manifestándose tanto en pérdida directa producción como en el deterioro de infraestructuras.
Modelos de gestión adaptativa
Por todo ello, el informe concluye que la gestión de ungulados debe orientarse hacia modelos de gestión adaptativa capaces de responder a dinámicas de población cambiantes, a escenarios de riesgo emergentes, ya sean sanitarios, ambientales o sociales; y a la necesidad de compatibilizar conservación, aprovechamiento y convivencia.
Asimismo, el documento apuesta por mejorar la calidad y coordinación de los sistemas de información, por reforzar la planificación conjunta entre administraciones, sector cinegético, sector agrario y entidades de conservación; y por el desarrollo de acciones a escala de paisaje, esenciales para afrontar los retos actuales que permitan mantener las poblaciones en buen estado de conservación, reduciendo conflictos y minimizando el impacto sobre actividades humanas y ecosistemas.
Finalmente, López-Schümmer ha destacado el papel fundamental de los cazadores y gestores en la correcta gestión de especies, que los convierte en grandes aliados para el control de enfermedades y para reducir accidentes de tráfico y daños agrícolas, al tiempo que mantienen en equilibrio sus poblaciones, favoreciendo la conservación y la biodiversidad.
Jabalí
En lo que respecta al jabalí, el informe recoge que las capturas se han incrementado desde 2005 y el año 2023 un 210 %, registrando un fuerte crecimiento también en zonas urbanas y periurbanas. Si se tienen en cuenta datos anteriores a 2005, el incremento es mucho mayor.
Destaca el aumento de accidentes de tráfico con la implicación del jabalí, un 61,08 % entre los años 2016 y 2022. Además, puede transmitir enfermedades como la peste porcina africana, enfermedad de Aujeszky, tuberculosis, salmonelosis o brucelosis, entre otras; y genera unos daños agrícolas anuales estimados en 539.829 euros, con una superficie afectada de 7.251 hectáreas.
Ciervo
Por su parte, el ciervo ha registrado un aumento del 111 % en sus capturas desde el año 2005, presentando como principales retos el incremento del 84,87 % en el número de accidentes provocados por la especie entre 2016 y 2022 o los daños agrícolas causados, cifrados en 2024 en 597.726,91 euros sobre 8.928,98 hectáreas. La especie puede transmitir enfermedades como la tuberculosis, la enfermedad hemorrágica epizooótica (EHE) o la lengua azul.
Corzo
El corzo ha registrado un aumento de capturas del 552 % en 2023 frente al año 2005, con un crecimiento del 104,25 % de accidentes de tráfico entre 2016 y 2022. Puede transmitir enfermedades como la tuberculosis, la EHE o la sarna sarcóptica, además de sufrir la mosca Cephenemya stimulator. Los daños agrícolas provocados por la especie ascendieron a 626.432 euros sobre 10.066 hectáreas en 2024.
Gamo
El gamo ha sufrido un incremento del 481 % de capturas desde 2005, generando problemas por competencia con otras especies y desplazamiento de las mismas, debido a su gran adaptabilidad, provocando alteraciones en el equilibrio ecológico. El incremento de accidentes de tráfico relacionados con la especie entre 2016 y 2022 es del 134,78 % aunque supone únicamente el 0,15 % del total de accidentes con fauna silvestre y los daños agrícolas se estiman en 1.882 euros en 10 hectáreas, situándose a la cola del informe con una incidencia puntual y limitada a zonas concretas.
Cabra montés
La cabra montés ha registrado un incremento en las capturas del 411 % respecto a 2005, marcado por la notable recuperación de sus poblaciones y la expansión en las últimas décadas. Entre sus principales desafíos se encuentra la competencia con otros ungulados y la transmisión de enfermedades como la sarna sarcóptica o la queratoconjuntivitis. En cuanto a accidentes de tráfico, se ha producido un aumento del 100 % de siniestros por la especie entre 2016 y 2022, siendo responsable del 0,49 % del total de accidentes con fauna silvestre y los daños a la agricultura se cifran en 38.456 euros en 306 hectáreas.
Rebeco
Finalmente, el rebeco ha sufrido un aumento del 68 % en el número de capturas desde 2005 y presenta bajos registros de siniestralidad vial, debido a su particular distribución y densidad, no superando el 0,01 % del total de accidentes registrados en fauna silvestre. La especie puede transmitir diversas enfermedades como la queratoconjuntivitis o la sarna sarcóptica.


