Fundación Artemisan defiende la Estrategia Nacional de Conservación del Lobo ibérico, avalada por la expansión de esta especie
La entidad considera que cambiar su estatus a especie protegida reduciría su número y apuesta por ampliar el modelo de gestión poblacional también al sur del Duero
La Fundación Artemisan, institución que promueve la investigación y la comunicación de la caza y trabaja para afrontar los retos del sector cinegético en España, defiende el sistema actual de gestión cinegética del lobo al norte del Duero, mediante la caza y el control de población.
Para esta Fundación, este modelo de gestión es el que ha permitido que la especie haya incremento notablemente el número de ejemplares -más de un 18%- en los últimos años en España, pasando de 250 manadas a 297, según apuntan los datos oficiales del censo nacional de 2014 realizado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
La Comunidad Autónoma con mayor número de ejemplares es Castilla y León, que cuenta con 179 manadas (163 exclusivas y 16 compartidas) y registra un crecimiento en los últimos años de más del 20% en el número de lobos, hasta alcanzar en la actualidad más de 1.600 ejemplares. Tras Castilla y León se encuentra Galicia, que contabiliza 84 manadas, de las que 77 son exclusivas y 7 compartidas; seguida de Asturias, con 37 manadas (28 exclusivas y 9 compartidas); y Cantabria, con un total de 12 manadas.
Estos datos demuestran, según la Fundación Artemisan, que la defensa y conservación de esta especie no sólo es compatible con la actividad cinegética de forma regulada, sino que seguramente sea éste el motivo de su éxito. En el caso de Portugal, donde no está permitida su caza, las poblaciones de lobo ibérico han disminuido en los últimos años, lo que demuestra que la caza de esta especie no es el problema sino parte de la solución.
Artemisan defiende que la extracción de determinados ejemplares de estas manadas provoca un doble beneficio. Por un lado, esta gestión minimiza los ataques de lobo a la ganadería, y por otro reduce el conflicto social que genera sobre la población rural, beneficiando al futuro de esas poblaciones.
Además de la gestión cinegética regulada, es necesaria la búsqueda de soluciones combinadas, siendo la caza una herramienta más de gestión, pero siendo imprescindible también la puesta en marcha de sistemas de protección al ganado, la agilización de pagos compensatorios y el desarrollo de líneas de ayuda a los ganaderos.
La Fundación Artemisan lamenta la intencionalidad con la que se convocan manifestaciones como la celebrada ayer en Madrid, que no ayuda a tener un mejor conocimiento sobre el papel que desempeña la caza en el equilibrio de los ecosistemas y que sólo tiene como objetivo engañar a una sociedad urbana desconocedora de la realidad del estado favorable de conservación de la especie.
Asimismo, desde Artemisan se solicita al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que eleve a la Comisión Europea una solicitud para que sea modificado el estatus de protección del lobo al sur del Duero, permitiendo también allí la gestión de su población. Y es que hay que tener en cuenta que la experiencia avala los resultados positivos logrados al norte del Duero, tanto para la evolución de la especie como para su compatibilidad con la actividad en el mundo rural.