Cuenta atrás para la tórtola
Carlos Sánchez García-Abad. Coordinador de Investigación de la Fundación Artemisan
Hace un año la Unión Europea aprobó un plan específico para intentar salvar a la tórtola europea, una de las aves que más rápido ha desaparecido de nuestros campos en los últimos tiempos. Este plan motivó que desde la Fundación Artemisan se presentara el proyecto PIRTE (plan integral para la recuperación de la tórtola europea) a la Administración y a las Federaciones autonómicas de caza. Un año después y con las tórtolas ya intentando criar en nuestros cotos (cosa nada fácil en los tiempos que corren), podríamos decir que en líneas generales no han cambiado muchas cosas.
Por una parte, ni Europa ni los estados miembros han desarrollado los pilares sobre los que se sustenta el plan: no hay líneas de financiación para apoyar la alimentación de las tórtolas, no estamos seguros de si se va a incrementar la monitorización de las poblaciones y el desarrollo de un plan de caza adaptativa todavía no se ha producido. Lo que sí parece que llegará finalmente de Europa es una carta pidiendo a España la moratoria de la caza. Seguro que entonces se liará la “marimorena”.
Sería injusto no reconocer los esfuerzos que se han realizado desde el sector cinegético en los últimos años. En la mayoría de órdenes de veda la caza de la tórtola comienza a partir de la tercera decena de agosto para evitar abatir pollos de tórtola y tenemos Comunidades que, por cierto, no la van a cazar este año. Por otra parte, hay cupos fijados y en Comunidades como Extremadura se ha legislado sobre el uso de comederos, cara y cruz para la especie por su contribución a la reproducción pero que en ocasiones deriva en cazarla de más (que nadie se ofenda). Y también hay territorios en los que se ha hecho un importante esfuerzo de monitorización para conocer mejor cuántas tórtolas tenemos y dónde están. Un caso particular es Extremadura, en la que estamos desarrollando el PIRTE gracias al compromiso del Gobierno regional y la Federación Extremeña de Caza.
Pese a todo, pensamos que, con la que está cayendo, estos esfuerzos no son suficientes, por lo que -volviendo al PIRTE- durante estos meses vamos a pedir a los cotos “tortoleros” de toda España que cuenten sus tórtolas antes de que comience la caza y que nos digan si realizan suplementación alimentaria. Con ello podremos mejorar nuestro conocimiento sobre las poblaciones de tórtola y que Europa conozca que miles de cotos dedican miles de toneladas de grano a tórtolas y otras especies, para quizás cazarlas uno o dos días, o no cazarlas si el tiempo cambia y las tórtolas se van.
Y claro, está el tema de la caza, que tanto irrita fuera y dentro del sector cinegético. No nos vamos a andar con rodeos porque nuestro órdago, meditado y con base científica, es reducir la presión de caza de verdad, proponiendo que la tórtola se cace allá donde se la cuida y cuando existan densidades que lo hagan posible. Dado que hay que reducir el impacto de la caza al máximo, proponemos cazar del 20 de agosto al 1 de septiembre, ¿qué sentido tiene tenerla abierta hasta mediados de septiembre?
Puede que después de leer estos párrafos te hayas tirado de los pelos o puede que algunas de las medidas propuestas te parezcan bien. Lo que sí está claro es que la cuenta atrás para la tórtola ha comenzado y tenemos que escoger entre gestionarla y cazarla de forma sostenible o dejar de cazarla para siempre. Tú decides.