Presentada la documentación técnica para la declaración de la montería y la rehala como Bien de Interés Cultural en Extremadura

31 de enero de 2018

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3,9 minutos

El proyecto para la declaración como Bien de Interés Cultural de la montería y la rehala ha sido presentado hoy oficialmente ante la Junta de Extremadura. Según explica la documentación técnica registrada, es un proyecto que se basa en la historia y en la importancia socioeconómica de esta práctica cinegética, pero, sobre todo, en el hecho de que se trata de algo más importante que forma parte de la esencia misma del mundo rural extremeño.

Hoy se ha presentado en Badajoz este proyecto, en el que participan como benefactores la Federación Extremeña de Caza, la Fundación Artemisan, el Real Club de Monteros, Aproca Extremadura, la Asociación Española de Rehalas y Nacho Higuero. También son entidades colaboradoras del proyecto Cárnicas DIBE, Explotaciones Cinegéticas Caurienses, la revista Caza Extremadura, Chacinas Extremeñas, Cinegética Planeta y Chacinas Marce. La participación está abierta a todo aquel que quiera mostrar su compromiso con la Montería, la Rehala, y la caza en general.

Según explicaron el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, el vicepresidente de la entidad, Manuel Gallardo, y el presidente de la Asociación Española de Rehalas, la Montería y la Rehala cumplen con todos los requisitos para ser declaradas Bien de Interés Cultural de Extremadura, según lo establecido tanto en la legislación autonómica.

En primer lugar, por su historia. Y es que se tiene constancia de que al menos desde hace 700 años que esta modalidad se realiza de forma ininterrumpida en Extremadura.

Otro factor importante es su impacto socioeconómico sobre el medio rural.  En Extremadura se celebran una media de 75 monterías cada fin de semana entre los meses de octubre y febrero, y son en torno a 5.000 personas las que participan semanalmente en estas actividades. La montería y la rehala generan al año, según el informe de la situación de la caza 2016, un flujo económico de más de 160 millones de euros (gasto en monterías, carne de caza, rehalas, taxidermias, cazadores foráneos…).

A todo esto se suma que tanto la rehala como la montería forman parte de una tradición cinegética que se construye como valor identitario en gran parte de la región, con unos conocimientos propios que se transmiten de generación en generación, con aspectos como los rituales, como un vocabulario específico y como una serie de producción artesana y de oficios actualmente en riesgo de desaparición. Asimismo, estas modalidades rehala suponen una forma de gestión medioambiental fundamental para el bosque mediterráneo y la dehesa extremeña y se han convertido en una referencia sociocultural y de cohesión social.

Es por ello que se está trabajando activamente desde el sector cinegético extremeño para impulsar la declaración de la Montería y la Rehala como Bien de Interés Cultural.

Los responsables de la Federación Extremeña de Caza destacaron que esta declaración serviría para proteger el legado histórico de estas modalidades en ámbitos como el literario, el pictórico y el escultórico, al tiempo que se evitaría la pérdida de un vocabulario singular y de oficios que, como se ha mencionado, están actualmente en riesgo.

Los promotores del proyecto resaltaron que se trataría de una medida con un impacto muy positivo sobre el mundo rural extremeño, ya que permitiría impulsar acciones de divulgación, de protección medioambiental, así como potenciar un importante motor económico de desarrollo rural.

Fedexcaza

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